De Cenicientas y perdices

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Hoy la I.A. me hizo una décima decasílaba.
Le pedí  que tratara de amor,
corazones danzando y mucha noche y broche;
aquí está el resultado
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En el jardín del alma, florece,
un amor que brilla como el sol.
Susurros dulces, el viento mece,
en cada mirada, un nuevo rol.
Corazones danzan, con ardor
los sueños suspiran en la noche
la luna, les hace de farol.
Las manos unidas, sin reproche,
en dos almas juntas por amor
que le ponen al amor un broche.
I.A.
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Mi poema:
De Cenicientas y perdices
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De la serie maltrato
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En el vídeo con música y cantado por la I.A.
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Naufragan barcos de amor
por los falsos marineros
que no saben de te quieros,
ni del poder de una flor.
Se va perdiendo el ardor,
si aparece la rutina,
cuando el pájaro no trina,
la pasión desaparece,
sin alimento no crece
y por perderse termina.
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Debe luchar el soldado
por mantener fortaleza,
¡cuántas veces por pereza,
se deja el amor de lado!
Unas veces por cansado
otras que se llega tarde,
sin ver el fuego que arde, 
en el corazón sediento,
que calla su sentimiento
por su espíritu cobarde.
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Vivirás siempre pendiente
de que un día traiga rosas,
pero él no piensa esas cosas,
ni le pasan por la mente.
Presume de hombre prudente,
porque no te falta nada,
tú permaneces callada,
sin atreverte a decir,
¡cuánto dieras por vivir
sabiéndote ser amada!
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Los principios son bonitos,
mi princesa, te llamaba,
lo bueno pronto se acaba,
llegarán pronto los gritos.
Seguirá los mismos ritos
al aparecer los brotes,
en eso todos son zotes,
nadie lo puede impedir
quieren volver a salir
de farra con amigotes.
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Y lloras ante el retrato
de aquel tu príncipe azul,
recostada en el baúl
que guarda un recuerdo grato.
Tu vestido y el zapato
de Cenicienta feliz,
que no esperaba el cariz
de una vida tan ingrata,
que al amor también lo mata
y se come tu perdiz.
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Mercedes Bou Ibáñez