Hoy la soledad encontró mi corazón callado.
Las aves emigran de la estación de la muerte.
Se quedó el hambre persiguiendo a los niños de mi pueblo.
Las sombras devoraron al sol y al horizonte.
A lo lejos tus manos blancas vuelan en palomas.
Quisiera salir de mi cuerpo y entrar en el tuyo.
Llega la noche negra, la pura noche infinita.
Los días pálidos como una manzana amarilla.
Tengo mis pies abrasados por el barro.
Todos cargamos tinajas de agua a casa de la abuela.
En las milpas el rostro del maíz ha madurado.
Éste es un pueblo de agua y de tierra.
Este es el barro, el alma del campesino.
De pronto llega sonriendo la tarde.
Se viste de cantos un árbol apacible.
Y yo voy por los caminos, hambriento de tu nombre.
- Autor: -Josué Guerrero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2024 a las 18:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: La Bruja Irreverente, Antonio Pais, jvnavarro, Llaneza, Augusto Fleid, Pilar Luna, Mauro Enrique Lopez Z.
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