El mundo es un uroboro
Abyecto, codicioso
Sediento del oro pestilente
que emerge del dolor y las entrañas
Cauce convertido en espuma
Cantos que solo son recuerdos en la gélida lluvia.
Verde es el frío de la roca
Marfil y cenizas sucumben en el ocaso
Una Tierra a merced de los despiadados
Fuego que apaga latidos inocentes
Fe que se diluye en los resquicios del olvido.
¿Quién habrá de juzgarnos, si no habrá justicia
En estos parajes desolados y rojizos?
¿Quién osará a promulgar la última palabra
En estos tiempos absurdos que se tragan a sí mismos?
- Autor: Carolina Montero Mendoza ( Offline)
- Publicado: 28 de septiembre de 2024 a las 20:16
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema lo escribí hace un par de años para un concurso. Un amigo fue quien me sugirió que participara y me compartió un video de una canción de Joan Manuel Serrat para que me sirviera de inspiración como en efecto lo hizo. En estos tiempos, que siguen siendo los mismos desde que el maestro Serrat le compartiera esta canción al mundo, las palabras no son suficientes para elevar un clamor por todos aquellos que no pueden hacerlo porque su voz no es audible para quienes se resisten a escucharla.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, alicia perez hernandez, Ricky Arbenz, jvnavarro, Pilar Luna, Lualpri, Mauro Enrique Lopez Z., David Arthur, Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios1
INMENSOS E INTENSOS VERSOS
Gracias, Alicia! 💚
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