En el viejo porfiado, el campo vibraba,
un hombre de tierra, su alma cantaba.
Con manos callosas, sembró su pasión,
el sol de la vida, su única razón.
Amante del suelo, de cielos y valles,
con risas y cuentos, forjaba sus mares.
Mas sombras vinieron, con rostros de niebla,
el Alzheimer llegó, su mente se quiebra.
El pueblo lo abrazó, pero el dolor no cesó,
un diagnóstico cruel, el cáncer llegó.
En un lecho de angustia, su espíritu luchó,
pero el trato oscuro, su fe traicionó.
Agresivo, dolido, en un mundo ajeno,
los ecos de un campo, se tornaron veneno.
La medicina oscura, jugada sin par,
en un sueño profundo, lo hicieron callar.
Oh, viejo porfiado, tu esencia no muere,
en cada recuerdo, tu amor nos enciende.
El campo te llora, su hijo olvidado,
la injusticia del tiempo, un duelo sagrado.
Tu risa resuena, en el viento y la brisa,
en los campos dorados, tu vida se eterniza.
Por siempre en nuestros corazones guardaré,
la historia del hombre que nunca se fue.
- Autor: Maxi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de septiembre de 2024 a las 22:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 64
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Augusto Fleid, jvnavarro, Pilar Luna, Llaneza, Gonzalo Márquez, La Bruja Irreverente, alicia perez hernandez, Sergio Alejandro Cortéz, racsonando, Mauro Enrique Lopez Z., Hugo Emilio Ocanto
Comentarios2
Un poema que llega y mucho
Un saludo
Un poema triste y con mucha calidez.
que toca el alma.
Un cordial saludo.
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