Al borde de la locura

Marvin Ramirez

En este momento, es el día más triste de todos, pues ya no estás presente.

Al final de nuestro viaje juntos, siempre tenía tu voz para guiarme.

 

Ahora, solo prevalece el silencio en mi corazón y en mi mente.

Guardo con cuidado el baúl de los recuerdos, donde conservo

los momentos preciosos que compartimos.

 

Me hallo en el límite de mi cordura, en la cúspide de un precipicio.

Me ataste a tu cintura, ahora estoy perdido sin tu presencia.

 

Durante el tiempo que pasamos juntos, aprendí tanto de la vida, sin embargo,

nunca me proporcionaste las herramientas necesarias para afrontar la vida sin tu presencia.

 

En la soledad de esta ciudad, me encuentro extraviado sin tu presencia.

Resido entre el clamor de las multitudes,

en un intento inútil de acallar el silencio ensordecedor de tu ausencia.

 

Anatema al día en que estás ausente.

Bendito sea el día en que te conocí.

 

Es redundante expresar lo mucho que te extraño.

Es evidente que no tolero esta soledad.

 

Permanezco en silencio, abrigando la esperanza de oír tu risa resonar.

Anhelo percibir la dulzura de tu voz,

Incluso si fuera tan solo un suspiro.

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