Las palabras que florecen de mis labios dejan atrás la raíz de su luz.
Las emociones que, confusas, se pierden en el aire
figuran descarriadas del impulso de la inspiración.
Quise hacer poesía,
pero en su lugar escribí un obituario.
Traicioné una pasión,
profané una belleza oculta
desde la oscuridad.
Nada pido, el cielo me ha expulsado,
la tierra me ha perdido,
la nada me alienta a la renuncia.
Tras el engaño de la vida, el deceso.
Lancémonos de una vez
Arrojémonos, que no hay camino
Sumerjámonos, que no hay fondo
Explotemos por los aires
Libres de todo significado
Que ya no hay mundo.
Solo el reloj sin tiempo
Y el nombre, atomizado, sin rostro.
- Autor: Salvador Galindo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de septiembre de 2024 a las 19:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid, EmilianoDR, Mauro Enrique Lopez Z., Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios1
Salvador que de imagenes trae tu poema, y el cierre magistral .
Este poema desterra el orbituario,
Saludos cordiales.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.