A TI TE PERTENECE LA MITAD DE MIS TRISTEZAS

EL QUETZAL EN VUELO



Si es verdad. A veces en la tarde me siento medio triste y la otra mitad ansioso, abandonado, robado, engañado y algo inquieto. Sé que nunca prometiste tu presencia en mí, siempre dejabas que yo hablara y mostrara lo que eras para mí, era el pez que tragaba un anzuelo sin carnada. Encendiste una luz en mi pecho desde el primer día que vi tus ojos color abandono y creo que fue en ese momento, que abrí mi pecho mí, bóveda de Ali baba.

 

 

No fuimos amantes, ni siquiera amigos. Solo fui para ti un consultor y un par de orejas para tus preocupaciones. A veces tenía respuestas a tus inquietudes y otras, promesas que se extendía ante tus temores, tratando de entender la dificultar de las veces que tu alma fue abandonada en ese camino de subida, que dificultaba tus sueños de escritora. Te invite a compartir contigo, más que un café, más que una confesión que nunca se dijo y sabias.

 

 

Entiendo que la personas se separen, por alguna diferencia, un engaño. Quizá un comentario fuera de lugar. ¿Pero separarse por amarse, por guardar una pasión en el pecho que escapaba en cada cita pretextando la delicia de un café?, cuando la verdad, el disfrute era por esos ojos café, que en ocasiones esquivaban los míos y luego yo los atrapaba en una hoja blanca de papel color insomnio, que me dejaba soñando y rumiando algo...

¿Porque te fuiste?, ¿porque se silenció Tu compañía? Los latidos de tu corazón languidecen, tras las notas tristes de un Grillo que me acompaña debajo de mi cama. Recuerdo cuando descubriste su canto y me pediste su exterminación y te conté de mi amistad con ese insecto y las veces que corrigió su concierto y el nombre asignado. Te causo extrañez y salve su vida, pero no a ti, te fuiste no se si despacio o asustada.

 

 

Me viene bien tu ausencia, que no preguntes como estoy, mi vida más negra que el café de mi mesa. Me pesa un poco levantar los restos de nuestros encuentros, vacíos de recuerdos. Alguien libero  mis sueños y abrió la caja donde guardaba los mejores momentos y mis sueños y esperanza se fueron tras de la indiferencia. Tu pusiste silencios y yo puse esperanza. Para ti solo fui lo que dices, para mi otra herida de guerra, que llevo con dolor.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

 

 

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Comentarios +

Comentarios1

  • ElidethAbreu

    Lennox, fascinada ante su prosa de dolor y de guerra, de amor y desencuentros.
    Abrazos y gracias.



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