Mi herida aclama justicia.
Sangra cada milímetro de piel y carne, conocí la vulnerabilidad en su absoluta escena.
Todo se sumerge en el caos de sus palabras, todo se esfuma en un momento, momento de iracunda ira y sin rigor alguno al desenfrenado ataque de un sufrido.
Sus manos desencadenan el deseo de su negro y putefracto corazón, sus ojos son el portal de sus maldad.
Asalta a aquel que le amó sin contemplar su sombra malévola. Ataca en sobresalto y somete, no hay piedad en sus fuerzas, no hay que le detenga.
Una ligera esperanza sobresalta la supervivencia, y actúa la severidad de mi alma y de mi cuerpo.
Los minutos que transcurren no son reconocidos a través de aquel momento, todo pasa en un lapso aún no recordado por lo que encuentro en mi memoria.
Visualizo en destello mi partida, sin fuerzas, débil y cansada, irreconocible por mis propios ojos, y sin palabra alguna.
- Autor: Antares (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de octubre de 2024 a las 00:27
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Ricky Arbenz, Lualpri, Sergio Alejandro Cortéz, El Hombre de la Rosa, Melissa 94, Augusto Fleid, Mauro Enrique Lopez Z., Pilar Luna, EmilianoDR, alicia perez hernandez, María C.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.