La impaciente soberbia de ser,
ya no hay brazos,
ya no hay brazos abiertos
con los cuales compartir.
Tu forma de ver la vida
me causa envidia y lástima a la vez.
Y un valor en mi mismo
alimenta esta dislexia.
(Si reengendrando un mundo de diferencias
puedo diferir entre acción y suposición,
yo algún día aceptaría convencer a alguien
sin equivocaciones).
Todas las puertas que parecían abiertas
ahora lucen herméticas,
y la moral hecha un pequeño prisma.
Los juegos, los consejos, las amistades,
los huesos, los corazones rotos,
todo se disuelve como tiempo perdido
con este sentimiento.
Estos nuevos ojos e imagen
me recuerdan el no poder concluir algo.
Repentinamente, otro nudo de drama queda en suspenso,
y se desvanece hasta que forma parte de ti.
Listo para el acto, el negativo de la nostalgia
esta vez estará en mis manos.
La sabiduría y su política de las cosas,
me esconderé entre máscaras y rostros,
me esconderé entre tierras,
podría herir sentimientos,
descartar imposibles,
crear mi propio rebaño.
Imagina nombres sin dueño,
Ven hacia mí, pero ven por tu cuenta.
- Autor: Salvador Galindo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2024 a las 08:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, La Bruja Irreverente, Mauro Enrique Lopez Z.
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