Desvaneces la noche con un rasante buenos días, la luz de tus ojos la confundo con la luz del sol, me voy refugiando en el calor de tus palabras para hacer un viaje por tu cuerpo sin retorno.
La seriedad de tu risa me hizo un soldado, un héroe, para que así tus heridas sean sólo mis heridas, tu llanto sea mi llanto, así como Jesucristo cargo el dolor del mundo en el mismo, yo moriría en la tierra, ¡te regalo mi tumba! Tan solo para que tú camines firme sobre ella.
La tarde es el azúcar de la mañana que crea la noche, pero de tus labios mis tardes se vuelven refinadas, y en las noches no dormimos por la embriaguez del café.
Ya desvaneces la tarde, cómo una carraspera ya curada, una transición prohibida que me autorizó tu corazón, y me di cuenta al instante porque tus prendas íntimas combinan, así como se combinan nuestras voces a un volumen bajo para no dejar testigos en este crimen perfecto.
- Autor: Eros Corzo Camacho ( Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2024 a las 12:46
- Categoría: Amor
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Sergio Alejandro Cortéz, Antonio Pais, La Bruja Irreverente, Mauro Enrique Lopez Z., racsonando
Comentarios1
Gracias Eros por tu poema y Feliz Día internacional de la sonrisa.
Abrazos y sonrisas!
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