Esclavos del Ideal

En el susurro de la multitud, nace una voz
Que se entrelaza con el viento, sin opción de evasión.
Son las demandas que el mundo impone,
Expectativas que a veces aplastan, otras te corroen.

Desde el primer aliento, se escribe un guion,
Con reglas invisibles, que dictan la dirección.
"Debes ser fuerte, debes ser sabio,
Debes seguir un camino exacto, siempre recto, siempre claro."

El reloj avanza, y con cada tic-tac,
El eco de lo que debes ser te vuelve a atacar.
"Estudia, trabaja, prospera y sé alguien,"
Pero el ser alguien, ¿quién lo decide? ¿Quién lo comprende?

La sociedad pinta un cuadro, que debes encajar,
Colores precisos, sin derecho a errar.
"Cumple tus metas, sigue el patrón,"
Pero en cada pincelada se ahoga la emoción.

Las expectativas son cadenas de oro,
Brillan, pero pesan más que cualquier tesoro.
"Sonríe siempre, no muestres dolor,
Sé perfecto, no hay espacio para el error."

En la cima del éxito, o al borde del fracaso,
Las exigencias te siguen, sin descanso.
"Debes ser esto, debes ser aquello,
Ser más que los demás, ser siempre lo bello."

Y en la lucha por cumplir con lo que piden,
¿Dónde quedas tú, con tus sueños que ríen?
Se ocultan tras sombras de lo que otros desean,
Mientras el alma grita lo que realmente anhela.

La sociedad exige, pero no da,
Te arrastra hacia metas que quizás nunca alcanzarás.
Ser fuerte, ser rápido, ser siempre primero,
Pero en esa carrera, ¿quién define el sendero?

Las expectativas son un espejismo distante,
Brillan con promesas de un futuro constante.
"Serás feliz si logras esto o aquello,"
Pero la felicidad real es algo más bello.

Es ser tú, sin máscaras ni fronteras,
Dejar las exigencias ajenas afuera.
Caminar tu propio paso, sin miedo a caer,
Y abrazar lo imperfecto, porque también es crecer.

Así que cuando la sociedad te pida ser más,
Recuerda que a veces, menos es paz.
Que las expectativas no definen tu ser,
Y que el verdadero valor está en lo que decides creer.