Salgo temprano de casa, mochila mojada y ando sin paraguas,
pisando charcos de agua por mirar el árbol que de frente se encontraba.
Logré esquivar la rama, pero me empapé el calcetín;
espero que funcione el calefactor y en la entrada tengan aserrín.
Dejo mis zapatos a un costado sin miedo a que se los lleven;
recuerdo que ya no vivo en Santiago y ahora sí se puede.
Me quito el gorro de algodón, donde nadie vea que estoy chascón,
me pongo la capucha por si alguien se asoma y no les interesa,
pero siempre me he perseguido con las personas.
Sus opiniones, emociones que ocultan discretamente,
no capto indirectas de palabras inocentes.
Empezando el día bajo techo y con un milo,
me siento a la lejanía a conversar conmigo mismo.
- Autor: Sebastián Joel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de octubre de 2024 a las 16:38
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Josué Gutiérrez Jaldin, EmilianoDR, Sierdi, alicia perez hernandez, Augusto Fleid, Mauro Enrique Lopez Z., Sergio Alejandro Cortéz, Pilar Luna
Comentarios1
Poeta Sebastian, dialogar con uno mismo nos evita aislarnos del todo y analizarnos a profundidad.
Saludos cordiales y gracias.
Así es, siempre es bueno dedicar tiempo a uno mismo. Un abrazo, muchas gracias.
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