Los ojos de un hombre asustado,
pasa su crucero sin notarlo.
Irritado y cansado,
no quiere volver a intentarlo.
Esperanza de oro y corazón de piedra,
no quiero pensar más, solo andar.
Él me moja con sus lágrimas,
y tú ya estás cansada de soñar.
¿Por qué no vuelves al lago?
Ahí éramos tan felices.
Todo el día escuchando canciones,
hasta que nos echaron al fuego.
Los patos comiendo las migajas de tu alma.
Sus suspiros helados te hacían tiritar,
y su voz te hacía todo el tiempo dudar.
Ya no queda nada.
Él está muerto.
- Autor: Reneux (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de octubre de 2024 a las 14:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Antonio Pais, Josué Gutiérrez Jaldin, Augusto Fleid, Llaneza, Pilar Luna, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z., Sergio Alejandro Cortéz
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