HECHICERA DE MIS LETRAS

EL QUETZAL EN VUELO



Ella tiene esa Prefectura, que solo las poetas pueden lograr. Entre día nublado y lluvia fresca. Un rostro de mujer madura, con emociones adolescentes. Gusta ver la lluvia caer, pero también chacotear mientras llueve. Sus bellas letras pasan por el corazón, como si nadie hubiese herido su ilusión, convirtiendo su dolor en una risa maliciosa, que salta en su forma de entrega, al desnudar su alma y darse lentamente, como beso

 

Cuando la conocí; Emulaba un frío tempano de hielo, pero basto un guiño de la noche para descubrir su alma de niña; sin candados ni colores. Blanca, dulce y ardiente, como la de una jovencita en su primer beso enamorada, que juega con su pensamiento fantaseando con ir más allá, reír, llorar y volar en los brazos de esa ave que siempre veía cuando contemplando el ocaso soñaba despierta en vola

Me alegra que el gran arquitecto, haya dejado algo de humanidad en su imperfección,

Que la hace intensa, rebelde e irreverente, hechizando el destino en la búsqueda de ese sueño que sus noches no han logrado terminar y que, al encontrarnos, al leernos, mi alma se prendió a la suya y se abrió el cause de sus letras hacia el jardín de mi vida, con sus mieles, consolando mis nostalgias y quitando las espinas de mis flores.

 

Le agradezco al gran arquitecto que no la haya hecho perfecta y que no viva en el Olimpo, ¿ porque cómo podría un triste mortal alcanzar su gloria y poner en su frente la corona que hoy con besos mortales pongo en su frente? Acepto su perfección de Diosa terrenal. De musa inspiradora, pero me enloquecen sus defectos, la forma de locura que la hace irreverente. Que la hace perfecta y que mi corazón adora y busca.

 

Una vez en mi Nirvana, después de acabar un verso, acariciando mi rostro, me confeso su debilidad, su humanidad. Dijo que sus ojos habían pasado varias veces por mis letras, que había logrado hacer temblar su corazón de dama. Que de tarde en tarde visitaba su pensamiento, cuando junto al mar, buscaba mi voz en el murmullo de las aves. Esa noche me contagio de su locura y hechizo mis versos forever.

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

 

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