Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Paso liviano centeyeando
donde el márgen del mundo
converge en un cruce de luces
La viva metáfora va fluyendo
con las dulces olas que emergen
de un pecho de piedra fría
Latente emanación del cielo
Corazón fundando movimientos
en la superficie incandescente
Desteyos azules tras el vidrio
Flote de sustancias mágicas
vueltas sus caras hacia el orígen
En lo incierto incognoscible
aparecen entonces ríos internos
***
Profundas las raíces y en el límite
sobre la forma del viento la luz
se esparce como el sabor hermético
que el horizonte humedece beyamente
Un sueño galante se define con caricias
de la mente vislumbrada en el seno
cuando alguna ola de risa se eleva
desbordante y tan sensible a mi constancia
en cierta correcta consecuencia precisa
cuyo gozo nos presenta el paraíso
entre varias pirámides durante un instante
que promete perpetuar semejante maraviya
ante los ojos fulgentes de la esfinge felina
innumerables estreyas sin respuesta todavía
***
VOCES
-Todas aqueyas angustias fronterizas
finalizan cuando trazamos nuestros silencios,
y la rudeza de otra torba espina
se tambalea como líneas en el viento
-Y la nostalgia deicida desiste
en su empeño de medir los sueños,
haciendo un nuevo camino visible
como un asta atravesada entre tiempos
-Así, entanto aquí tambien es cierto
que nos entretenemos, fluyendo suave
sobre el áspero lecho yueve la noche
-Despierto contento irradiando aves,
siluetas coloridas, mas algún beso
trascendentalmente, así, sin roce
***
Aqueyas flores y fragancias aniquiladas
hoy se han erguido, y andan
Un alegre mozo pasa sobre el río
riendo solo, como un niño
Mas ayá de la muraya norte
un ángel cantor ha reunido a la corte
Dos eslabones quebrados cierran
el paso a los incautos que intentan
sembrar odio en el prohibido jardín
Jamás sombra ninguna cayó aquí,
sólo blancas gotas desde ojos
que no yoran nada de vanidad
Entonces un raudal surte del fondo
y se intuye que yoverá al final
***
Húmedo tiempo en la vorágine
de esa espiral mirada crepuscular
desliza gotas ácidas con sangre
transparente del alma extenuada
Más alegre salta hacia dentro
de esa riada de agua espiritual
que cae del cielo mientras van
subiendo sentimientos como fuego
Un mundo cristalino colgando
de un profundo vacío fondeado
bajo los ojos de todo el universo
Se filtran sueños al despierto
habitante que aquí resiste
y tan distante que casi es triste
***
Fulge su luz argéntea desmelanada,
desencadena la blanca oleada prodigiosa,
se alza pronta entre la tormenta su diadema,
nace nueva y luce azul su mirada de diosa,
sucumbe el mundo a una palabra sola
cuando el tiempo ha caido sobre este instante
que está eternizándose mientras medita
y elimina la distancia en su mente pensante,
toda materia desvanecida, la realidad derrumbada
ante el oleaje constante y su avance suavemente,
se disuelven nieblas invernales, la oscuridad
va disipándose al verla ascender a un amanecer valiente
Lírica, levántate, aspira viviente aire,
has nacido, sube, transparente, ser elemental,
desteya tu rayo y retumba tu voz,
pulula tu luminosidad, elevada corona primaveral,
pirámide augusta, indescriptible gracia
monumental, don que regalas amable,
divinidad que no puede ser significada,
inimitable, imposible de precisar en lenguaje de fantasmas
***
Concierne concebir consciencia
con el fin de amar la infinita
sucesión del instante presente,
el intento de domar la fiera
que este viento etéreo limita,
y saltar fuera de la rueda: red
de apariencias, contornos, ojeras
extensas, deseos rotos, esquirlas
casi desvanecidas, mas aquí todavía
vibran excelsas, ígneas serpientes,
líquidas miradas que hablan silentes
y mantienen bajo vigilancia alerta
a la muerte que duerme resacosa
tras la densa maleza, entre la sombra
***
Gratificante amparo de mi espíritu
inexcrutablemente ajeno a la mentira
Guerrero invicto ante las puertas
del amor divino de la naturaleza
Luminosa sombra entre la maraña
de emociones que chocan contrarias
Luciérnaga tenebrosa y solitaria
Lechuza que traza su parábola
bajo el tenue esplendor de la noche
Los idilios de las mariposas
y las cosas solas que me quedan
revelan un despertar de plumas álgidas
aunque la paradisíaca oriya amada
briye todavía en la abstracta lejanía
***
Tibieza tras el reencuentro con la verdad
que se había encubierto en un día de duelo
Deposito la razón torcida sobre el recto cimiento
de un universo que escapa al conocimiento vulgar
Destituyendo a los roedores engreídos
para pasar divertido el suplicio último
me rodeo de borrascas y mucho
frío, mientras escucho esto que recito
El tiempo cede su impulso destructor
hayándome yo en mi sitio interior
apenas distraído un poco de todo lo
ficticio, para seguir consciente tras otro
reinicio, que sobremanera necesito
expiar mi alma, desviar la mirada
hacia el abismo infinito y la distancia
abreviar, extrayendo la eternidad de tal soyozo
- Autor: Original Oriflama Infinita ( Offline)
- Publicado: 12 de octubre de 2024 a las 06:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z., Llaneza, Josué Gutiérrez Jaldin
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