OJO DE VIDRIO

Con el ojo de vidrio mirabas al horizonte de azúcar,

amargos recuerdos te había traído la pasada vista,

infames colores antes de estrellarte con el cristal,

insufrible su indestructiblemente falso trazo de gentil arista.

Eres una inspiración que solía los abismos surcar,

cuando pretendías ser un joven solitario y normal,

embriagado nada más por acercarte un poco a esa artista,

perdiendo aquella mirada de carácter animal.

Hoy te quedan los ojos, obviando su delicado material,

pretendiendo que para la tragedia estás disponible,

aunque de ella solo te quede el temor,

observando el peor presagio posible,

siendo de los males; el menor.

Cierra tus párpados, aun queda el fondo del vaso,

con sus colores de esplendoroso firmamento,

por querer conservar de un corazón su ocaso,

y finalmente verte un guiño más contento.