AMO LA DISTANCIA QUE NOS ACERCA

EL QUETZAL EN VUELO



Amo la distancia que acerca tu corazón al mío, cuando sientes las distancias y me pides entibiar tu corazón frio debajo de mis alasC cuando desesperadamente recurres a tu pluma con ese grito silencioso que presagia benditas soledades, esta noche nuestra. Llamando mi voz para que rescate tu cuerpo de las llamas y sacie tus caricias sin trastocar tus sueños y silenciar tus palabras, sin brotar de tus labios, esa palabra, que llena mi espacio vacío, que me hace tenerte

 

Me gusta tu forma de escribir para mí, sin nombrarme ni decirlo. Tu forma de acariciar mi alma sin tocarme, sabiendo que me tienes a la distancia de un suspiro, esa forma de buscar en las olas de tu mar mi espuma, mi canción. Recostarte en la fantasía de un beso, que busca mis labios en el murmullo de la noche, cuando tu pensamiento toca mi corazón, traspasando los cerrojos de la distancia y gozar de tu compañía, para encontrar los placeres de amarte sin tenerte y escucharte.

 

Este montón de letras que trato de acomodar en esta noche solitaria donde mis manos dibujan tu estampa en posición de espera. Como Penélope al asecho, tejiendo la certeza que provoca la esperanza, con un dejo de felicidad que provoca mi llanto, que aunque lejos, te siento mía y me adentro en tus sueños y desaparezco diluido en las fantasías de tu cuerpo tendido y gozoso comunicando mi calor a tu tibio corazón y no importa tu cuerpo poseído por el frio, te siento mía.

 

Se muy bien, que la pertenencia de tu cuerpo a otro sueño es solo posesión. Porque la noche nos perteneces y sé muy bien que TÚ, además de ser cuerpo, eres alma e inspiración eres sueño, soledad acompañada y amor a distancia, que siempre escapa a mantos ajenos como el ave presa canta y su trino la hace libre, porque pueden encerrar un ave, pero su canto jamás. Puede alguien ver tu sonrisa en el día, pero yo aprendí a amarte sin verte, sacio mis ansias, sin tocarte

 

No olvides lo que somos y recuerda lo que no somos. No somos distancia, ni quimera. Somos amor sin posesión. Voz de sonido diferente que no se escucha a la primera en tus poemas. Calor que arde en una tecla nuestra y en un poema leído y continuado. Calor de un cuerpo que se junta contigo en noches como esta. Saciedad de ansias desiertas que tienen su Aleph en Los versos libres... ¡Bendita seas amor!, por dejarme amarte sin tenerte, sin que seas mía. Por darme tu calor. Y ser mía forevere

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

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