CREPÚSCULO
A la sombra de un óleo cautivo,
rubias arenas la brisa peinaba,
de un rojo cumbre amenazaba
la tarde caer, yo fuí testigo.
Llanto asomaba a los colores,
del vitral razgado tras los dedos,
y no hubo abrazo en su deshielo,
capaz de devolverle ya fulgores.
Se apagaron farolas en su sino,
a la mar hundían aquel dorado grito,
cielos envueltos en hábito infinito.
Era el roto abrazo de la hiedra,
la tarde sin la palidez de su vestido,
como la piedra oscura, fuí yo testigo.
- Autor: Syol * ( Online)
- Publicado: 13 de octubre de 2024 a las 13:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Pilar Luna, Miguel Ángel Miguélez, Tommy Duque, Texi, Rafael Escobar, jarablanca, Antonio Martín, La I.A. y la Merche, Dr. Salvador Santoyo Sánchez, Sergio Alejandro Cortéz, María García Manero 🌸, David Arthur, Mauro Enrique Lopez Z., CARLOS ARMIJO R...✒️, Mauro Jesús (mallito), Lucía Gómez, pasaba, Andiuz
Comentarios2
Sencillamente precioso..., como el crepúsculo mismo.
Mi saludo y cariño, poeta.
Abrazo.
...muchas gracias María...esa preliminar imágen del anochecer inspira realmente..
Felíz día poeta...
Me inclino, ante tu talento, poeta,un abrazo
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