He caminado largos trayectos,
en la senda de mi vida.
He caído y me he levantado, mil veces,
siempre tu luz, en mi sendero es la guía,
en los momentos inciertos,
en los momentos de olvido,
te alabo, en tus brazos hallo abrigo.
No he olvidado tu nombre en la tormenta,
No lo he olvidado,
cuando el mundo era un laberinto sin salida.
Hoy, con tu luz, me encuentro y me maravillo,
como una flor que renace en sus capullos.
Pues entre las piedras que el camino sujeta,
brotan aromas, bajo los pies de un crucifijo.
Las nubes lloran, el mar aspira cada gota,
pero juntos retoñan en mi alma extenuada,
y como una túnica que envuelve mi esperanza
con su traje de tierra, abrazan el fondo de mi alma.
Cubren el suelo con caricias que encantan,
apaciguan el dolor, los convierten en risas
nunca tienen final, pero si tienen medidas.
Hoy, en mi alma, flores y mareas danzan,
en tus manos confío, mi guía y mi fe,
por los caminos que aún faltan por transitar,
sé que, en cada paso, tu amor me alcanza,
y alabando tu nombre, mi corazón se vuelve a encender,
una luz celestial, fogata en mi sendero, mi amanecer.
En tu abrazo, mi alma encuentra su hogar,
y en tu amor, la fe se vuelve a encender.
- Autor: Terencio Tarazona (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de octubre de 2024 a las 09:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Josué Gutiérrez Jaldin, ElidethAbreu, CARLOS ARMIJO R...✒️, Mauro Enrique Lopez Z., Augusto Fleid, Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios1
Gracias poeta por enseñarme que de las caídas y levantadas me impulsa mi fe.
Preciosa obra.
Bendiciones.
Gracias por tan acertada apreciacion, un fuerte abrazo
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