A su tiempo, dice,
pero no el tiempo de los otros—
es tu tiempo, ese que corre sin freno,
que no pide permiso,
solo pasa con la autoridad que le diste,
y él, insolente, se la apropia.
La amargura, compañera silenciosa,
teje arrugas en la piel,
las arrugas cuentan, murmuran secretos,
revelan lo que el silencio tragó,
lo que a duras penas pronunciaste.
Son líneas de batallas que nadie vio,
una cartografía de heridas
y risas ahogadas en la madrugada.
- Autor: Milber Fuentes ( Offline)
- Publicado: 14 de octubre de 2024 a las 13:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Milber Fuentes, Sergio Alejandro Cortéz, Antonio Pais, Augusto Fleid, Mauro Enrique Lopez Z.
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