"Yo no sé leyendas de antigua alegría, sino historias viejas de melancolía".
Antonio Machado.
Entre las verdes plantas trepadoras
que se enredan pacientes
sobre las pérgolas,
desciendo por su florida caída
como racimos fragantes y románticos.
Por sobre los musgosos muros,
donde descansa la hiedra,
entre coloridas plantas colgantes—
lazo de amor,
amor de hombre—
entre enredaderas
y vivaces hojas rojas,
deposito ahí un sueño.
En el viejo tronco del árbol mutilado
y podrido,
frente a una fuente de agua vieja y seca,
bajo el sol del trópico húmedo,
me rindo ante los misterios.
No hago más preguntas,
me entrego al silencio
y a la soledad.
En la quietud de la piedra,
la fructificación de la espiga
y su inflorescencia,
la invasión del gramón
en la menuda hierba,
me sumerjo en la eternidad
por un instante
para dejar de ser.
¿Quién ha de venir a despertarme
ahora que me he convertido
en lo que profundamente vi?
¿Quién regará mi jardín
cuando me haya transformado
en el tallo de la flor?
Cuando haya mutado a lo primario,
a lo fundamental:
la vulnerabilidad de la planta
que apenas germina,
y a la efímera vida de las rosas;
cuando, en vísperas del invierno,
sea yo
la savia para las raíces,
el alimento de las hormigas
y la pisada de los extraños,
¿quién cuidará de mí?
Y mucho tiempo después,
cuando llegue la primavera,
¿podré quedarme en el jardín donde nací?
¿Quién tiene la respuesta
a la pregunta anticipada?
¿Por qué he de pensar
en la futura floración de mi sepulcro?
¿Cómo anhelar la vida vegetativa
ignorando un futuro tormento?
Pronto sabré lo que seré
y olvidaré lo que deseé
en el jardín floreal de esta mañana,
mientras ahora vegetan
las tristezas de ayer.
Managua, 14 de octubre de 2024.
- Autor: Axioma (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de octubre de 2024 a las 00:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Antonio Pais, Josué Gutiérrez Jaldin, Augusto Fleid, Maxi Aristarán, Llaneza, Jaime Correa, EXO, Mauro Enrique Lopez Z., Gonzalo Márquez Pedregal, Sergio Alejandro Cortéz, Pilar Luna, JAGC
Comentarios1
Un lugar ideal para meditar y hacerse mil preguntas.
SALUDOS
Así es, la belleza de la naturaleza se presenta como un refugio, pero también como un recordatorio de la fragilidad de la vida.
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