Cosas para contar..

Jhetsefany

Cosas para contar. Relatos cortos..

i (cuento)

Oh, señor mío,
oh, caballero,
me da gran entusiasmo
su cantar con rocío
de frescor tan ligero.

Qué dulce archivo,
quedo rendida,
y aunque ya sin orgasmo,
siento que me revivo
con gotitas de vida.

No se me enfade,
no abro compuerta,
son las cosas del pasmo
que te cae y te invade
cuando estás ya muy muerta.

Un poco tarde
su manifiesto,
pero no se deprima,
pues bello y buen alarde
no resulta molesto,

mas, hay despiste
en su capricho.
Veo que hasta con rima
en su pasion insiste,
pero, ¿insistirle a un nicho?

Pues desde el nicho
tristón, oscuro
y en seco microclima,
no me opondré al capricho,
se lo prometo y juro.

ii (recuerdo de colegio)

Viendo modelo
que se presenta,
quede bueno el motivo
sin motivar flagelo,
si por bueno, se intenta..

Así decía
un buen maestro,
al ser muy compasivo
en destreza baldía
y letargo siniestro,

pues mejor era
corto con ganas
que alargado nocivo,
el tesón sin barrera
que agudezas malsanas.

Aquel que quiere
aunque no pueda,
obtendrá un gran activo,
pues lo bueno que adquiere,
siempre con él se queda.

Aquel sobrado
que se vaguea,
será triste cautivo
de su mal negociado
y de su verborrea.

Y me pregunta
con voz impronta..
¿Queda demostrativo?
No. ¿De qué soy presunta?
¿de ser lista o muy tonta?

iii (pensamiento)

Dicen algunos,
suelen pensar,
que es muy corta la vida
para usarla cual tunos
y querer dominar.

Dicen también,
(es por pensar),
que es molondra rendida
no coger ese tren
que corre a buen lugar.

Siguen diciendo,
(siguen pensando),
que es vivir con herida
si hay recelo pidiendo,
y hay envidia luchando.

Y por pensar
pueden decir,
que es la vida muy corta
para no querer dar,
por querer recibir.

Y hablan en cante
pues no enmudecen,
hablan de cuan importa
lo que no es importante,
tallos que no florecen,

de brotes bajos
con buen olor,
pero que no conforta,
pues de los agasajos,
nunca nace una flor.

 

iv. Recuerdo de niña

Siempre insistía,
mismo argumento.
Yo, no daba respuesta
a lo que él me pedía
en gentil sentimiento.

Llegó el final,
la triste flema.
Yo, creyéndome honesta
y de sana moral,
puse el fin al poema.

Por fin, su ausencia..
Mas no hubo fin
en mi alma tan funesta,
al hablar la conciencia
de aquel error tan ruin.


Hablaba al mirarte..
Si no es en vida,
pues sea tras la muerte
en mil mundos buscarte.
¿Quién, de aquello se olvida?

Se iba y decía..
Tu Dios me cuida
con tan bonita suerte,
que un amor bendecía.
¿Qué mema, aquello olvida?

Así mi paz
me arde, me quema
y me ha quedado inerte.
Con ella, mi disfraz
de una cara tan mema.

 

v. Los garrulos

Qué afable es la vagancia que no exige,
lo bueno es no querer aprendizaje,
lo pobre, rico está con maquillaje,
qué linda es la ignorancia que no aflige.

Qué tierno es el profano que corrige,
lo bueno es que el trabajo se amortaje,
lo pobre tendrá voz en homenaje,
qué linda es la inconsciencia que dirige.

Muy grato es ese templo de lo burdo,
pues tosco con regalo me enamora,
¡qué sea todo amor para lo absurdo!

No apene buen señor, buena señora,
pues flor que cae en manos del palurdo,
es flor que por deseos se desflora.

 

Jhetsefany

(formatos varios)

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.