Borraré de mi libro al que haya pecado contra mí (Éx. 32:33).

Yeshuapoemario

 

 

En el vasto lienzo del universo, se despliega el libro de la vida,

donde cada nombre inscrito es una estrella en la noche infinita.

Con trazos de luz y sombra, se escriben y reescriben sin fin,

en páginas de tiempo y espacio, donde los destinos se entrelazan y desvanecen al confín.

 

Como el artista que esculpe su obra con cuidado y pasión,

Jehová marca los nombres, con la tinta de la eternidad y la redención.

No son meras letras en un papel, sino vidas, historias, llenas de devoción,

que buscan su lugar en Jehová, bajo su mirada, su guía, su protección.

 

Los elegidos para reinar, junto a Cristo en celestiales moradas,

son como cometas que cruzan el cielo, dejando tras de sí, estelas iluminadas.

Sus nombres, ya fijados en el firmamento, resplandecen con luz propia y divina,

son llamados a ser fieles, a mantener su brillo, en la más alta cumbre, donde la esperanza culmina.

 

Pero el libro aún está abierto, y la pluma no ha cesado de escribir,

pues cada acto de bondad, cada paso de fe, es un verso que se añade al porvenir.

Y así, como el pintor ante su lienzo, Jehová contempla con amor y paciencia,

esperando que cada nombre se afirme, se eleve, en el arte de la existencia.

 

Que nuestros nombres, entonces, sean como firmas de luz en la oscuridad,

que no se borren ni se olviden, sino que brillen con la fuerza de la verdad.

Que cada día sea un trazo, cada momento un color, cada elección un matiz,

para que, cuando el libro se cierre, nuestro nombre perdure, en la obra maestra de su feliz porvenir.



 

  • Autor: Yeshuapoemario (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de octubre de 2024 a las 07:18
  • Comentario del autor sobre el poema: Borraré de mi libro al que haya pecado contra mí (Éx. 32:33). Los nombres que están escritos en el libro de la vida se pueden borrar, como si Jehová por ahora los hubiera escrito a lápiz (Apoc. 3:5). Tenemos que asegurarnos de que nuestro nombre siga en el libro hasta que Jehová lo escriba de forma permanente, como si fuera con tinta. Un grupo de personas que tienen sus nombres escritos en el libro de la vida son los que han sido seleccionados para reinar con Cristo en el cielo. Según lo que el apóstol Pablo les dijo a sus colaboradores de Filipos, los nombres de los cristianos ungidos —es decir, los que han sido invitados para gobernar con Cristo— ya están en el libro de la vida (Filip. 4:3). Pero, para que sus nombres no se borren de este libro simbólico, ellos deben seguir siendo fieles. Y, cuando reciban el sello final, sea antes de su muerte o antes de que estalle la gran tribulación, sus nombres serán escritos de forma permanente en el libro (Apoc. 7:3). w22.09 15 párrs. 3, 5, 6
  • Categoría: Espiritual
  • Lecturas: 13
  • Usuarios favoritos de este poema: Yeshuapoemario, Augusto Fleid, Sergio Alejandro Cortéz, Josué Gutiérrez Jaldin, Mauro Enrique Lopez Z.
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