El Ángel

Rosario_Bersabe

Hace un par de meses, me encontraba en mi casa un poco aburrida y decidí salir a dar un paseo. Nada más llegar a la calle, ya me había arrepentido de haberme puesto aquellos zapatos de tacones tan altos y tan finos. ¡Y a mi edad! Pero qué le voy a hacer, ¡soy tan presumida!

 

Empecé a caminar avenida arriba, haciendo mil filigranas para sortear los obstáculos que me iba encontrando, ya que todo estaba en obras, - ¿por qué cada verano se han de arreglar las calles?  Pensé, ¡tal parece que en el ayuntamiento de este pueblo sobre el dinero!

 

Entre el calor agobiante, el polvo de la obra y los tacones, maldiciendo todo lo que me encontraba, no me apercibí de aquella zanja y… ¡plaf!, caí de bruces en el duro asfalto golpeándome fuertemente en la cabeza.

 Sentí una   fuerza incontrolable que me arrastraba hacia un túnel, donde reinaba un silencio y una oscuridad absoluta. Un sudor frío y pegajoso cubrió todo mi cuerpo y un dolor insoportable me martilleaba la cabeza. El pánico se apoderó de mí. Después, la nada.

 

De pronto, empecé a escuchar voces lejanas, ininteligibles para mí, ¡Socorro! quise gritar, pero nada, ni un sonido salió de mi garganta. Los murmullos se fueron acrecentando haciéndose cada vez más inteligible, y pude escuchar una voz armoniosa que se me antojó música celestial.

¡Ángel, con mucho cuidado!  Ángel, a la una, a las dos y a las… Abrí los ojos, y allí estaba él, un Ángel rubio de ojos azules que me miraba con dulzura. Sin pensármelo dos veces, alargué los brazos y me abracé a su cuello con todas las fuerzas de que fui capaz mientras le decía, ¡gracias, ángel mío, me has salvado! ¿Esto es el cielo?

Mi “Ángel,” retrocedió con cara de desconcierto, se desembarazó de mi abrazo como pudo, y mirando a su compañero, y en un tono burlón le preguntó, ¿a qué hospital dijiste que había que trasladar a la señora?

Una sonora carcajada que se confundió con la sirena de la ambulancia, fue la respuesta.

 

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Comentarios4

  • Santiago AlboHerna

    jajaja, al menos te diste el gusto de abrazarlo

    • Rosario_Bersabe

      Jajaja, gracias por tu visita. Abrazos.

    • EmilianoDR

      Apreciada Rosario, que ameno relato y que pena por la fina dama en altos zapatos.
      Que buen final, alguien vino a rescatarte y que los angelitos modernos visten de maneras variadas.
      Que divertida me has dado! Gracias .

      • Rosario_Bersabe

        Gracias por tu visita, apreciado poeta. Si te divirtió mi relato, lo celebro. Abrazos.

      • Rafael Escobar

        Tu poema, aunque de manera satírica, dibuja los inconcebibles y a veces raros sueños que tiene un poeta. Me ha fascinado porque en ellos veo la mujer poeta y valiente que se ríe de los avatares de la vida. Mi sincera felicitación viaja acia Ud con mi cálido saludo y muy sincero aprecio.

        • Rosario_Bersabe

          Muchas gracias por tu visita. Me alegro se te agradó mi relato. Un poquito de humor siempre viene bien. Abrazos, poeta.

        • Lorenzo13

          Amiga Poetisa, has dejado unas excelentes pinceladas, con mucho colorido que hacen volar la imaginacion,los zapatos de tacón alto, la caída al piso, el golpe en la cabeza, el abrazo del ángel y la sirena de la ambulancia hacia el hospital. te deseo un excelente fin de semana.



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