Por cada rayo de sol
ella sentía sus hilos calentando su piel.
Como la obra de un tejedor experto,
las ondas de luz se mezclaban y tendían un abrigo caluroso.
Su cuerpo al mundo era el lienzo,
así como todo lo demás,
en las que Dios hacía su tejido,
y posaba sus obras.
- Autor: A. García de Verriér ( Online)
- Publicado: 17 de octubre de 2024 a las 19:11
- Comentario del autor sobre el poema: Cosa que escribí hace algunos años.
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 2
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