No hay ninguna raza superior,
ni tampoco somos diferentes,
los hombres, todos en su andar,
bajo un mismo cielo, en un solo mar.
Los colores de la piel
como sombras de un amanecer,
nos unen en la diversidad,
hermanos de la humanidad.
Igual que tampoco hay países,
ni mundos que dividan sueños,
cada corazón late en la piel,
en el amor, en el anhelo.
El que no vea, que no entienda,
que somos polvo de estrellas,
no mira con el alma en calma,
no siente la esencia que nos ampara.
Nuestras voces, un mismo canto,
en la risa, en el llanto,
de un anciano con sabiduría,
y de un niño que juega, alegría.
La sangre que fluye es río de vida,
da igual de qué tierras venida,
el mismo sol, la luna y el mar,
y nuestro ser, un hogar sin par.
Construyamos alianzas y tracemos puentes,
que no hay barreras en el querer,
solo un latido: el de ser, el de ser.
Así caminemos, sin distancias,
A cada paso, una esperanza,
el futuro está en bailar,
una misma, la misma danza.
- Autor: Soponcio ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2024 a las 06:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais
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