Casida de un des/afortunado

Sebastian Mena

Tal vez lo mío es jugar a los dados.

Tal vez la suerte nos quiere lejos.

Será la desdicha de un poker de ases

que quiere alejarme de tus lindos labios.

Será que es verdad lo que dice el dicho

y soy un amante desafortunado 

que en los naipes busca consuelo 

a lo que supo querer y no ha olvidado.

 

Viernes de poker, martes de dados

la ruleta sigue jugando

y el casino: encantado.

Uno, dos y hasta cien cheques 

ha contado el cajero encargado

ironías de la vida que en el tragamonedas 

tres corazones en línea 

dan cuenta de haber conquistado,

muchos se dieron la vuelta  

de fichas se llenó el solado.

 

Y la noche se prestaba dispuesta

mucho alcohol, azar y tabaco 

todo alrededor seguía girando

como estando en un samba 

de aquellas ferias de antaño.

La multitud se abre paso 

dando lugar al sortario

puede que él les contagie

algo de un poder jamás detentado.

 

La suerte siguió de su lado

tanta fue su compañía 

que sin querer darse cuenta 

su corazón dejo desolado.

 

 

 

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