Añoranzas

Francesco Alaniz

Cuando se ofusca el pensamiento 

y el sentimiento es más intenso,

acapara todo el impulso,

sin dar tregua al intelecto.

 

Cuasi fuese un ciclón,

de torbellinos y relámpagos siniestros

los que se forman ahí en los adentros,

en las profundidades 

es donde surge el epicentro. 

 

Los recuerdos,

no son tan vagos, sino maestros,

centinelas que atesoran los momentos,

que sublimes o perversos,

resguardan como guardianes 

la máquina del tiempo,

almacenando experiencias que se hilan para lo eterno.

 

Añorando...

me quedo estacionado,

cuando recuerdo y divago en el pasado,

aunque suene disparatado, 

la experiencia brota 

de todo lo atravesado. 

 

Buscando hacia fuera,

lo que adentro resuena,

como si fuese este el combate

de la vida y su dilema.

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