¿Cómo se siente el placer de perderse entre
máscaras metálicas y rostros pulidos
por émbolos torneados?
Es como ocultarse en alfabetos gastados,
mezclados con sudores cuneiformes,
que vibran en la rutina quebradiza de la historia.
Mi descontento es una gigantesca tecla digital,
rugiendo como pestañas feroces en una Troya interna,
donde lo sitiado y lo que asedia se confunden,
fluyen en ríos de indecencia:
una paradoja del cortejo social,
nadando como partículas en un colisionador
en aguas suspendidas.
No rindo cuentas al guardián de lo correcto.
Prefiero la lluvia sin destino que azota mi memoria,
una chispa de conspiración en el aire, sin filtro,
que exhala verdades insatisfechas
dibujando círculos decrépitos en la tarde rota.
Sé que un día, el adiós y la espera que simula
astros en mis dolores,
no será más que un retumbo, como aquel que resuena en la nada.
Una sombra de lo que fui, un viaje por este mundo,
reflejo apalabrado y encadenado a un sueño existencial en la niebla.
Mi soledad, perdida en tus ojos, lazos de amores fugaces,
se disuelven en la corriente, estrangulando nuestros días.
- Autor: Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2024 a las 06:33
- Comentario del autor sobre el poema: Poema Vanguardista
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Augusto Fleid, Marco Gutierrez Jaldin, Tommy Duque, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Sentado al umbral de mi ventana
viendo pasar el tren de la vida
con sus vagones repletos
unos de cargas de alegría
otros saturados de melancolía
Escucho el estallido
allá por levante
donde continua el día
y al correr mi vista
en procura de la noticta
Van cayendo a mi vera
partículas de tu colisión
y entre candencias y cenizas
distingo lo que fuiste,
lo que quisiste ser,
lo que eres... y ¡lo que legarás a ser!
Mi pupila se ilumina
se enciende una extinta flama
en la hoguera del numen
y mi dedo garabatea
sobre la arena de paso
El peso de mis pecados
pulveriza la piedra
que mi mano asía
y con el sabor de tu verso
alambicando en mi paladar
vuelvo al banco de piedra
donde aguardo mi tranvía
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