Ella la tuvo dentro, la alimentó al comienzo, se arrepintió y luego todo se acabó.
No para ella, si no para aquella criatura, inocente; vivió brevemente; la inconciencia la mató.
Su propia madre de naturaleza hostil, no le dio la opción de vivir, de ver la luz, el amanecer, jugar, correr, reír.
Por dentro escuchaba todo, sentía todo; ya tenía sus tiernos ojitos, le crecían las manitas, ya tenía sus piecitos; no merecía ese infame destino.
Ese pequeño ser debía ser alimentado, amamantado, debía ser acobijado, debía conocer el amor.
Pero en un acto cobarde, insensible, despiadado por unas manos perversas, murió, fue aniquilado.
Tenía derecho de disfrutar de la vida, de su futura familia, pero lo único que llegó a conocer fue la frialdad de su mamá, que con su aliento decidió acabar.
Dejó de respirar; un objeto brillante, frío, ciego, destructivo penetró sus tiernos huesitos y despedazó aquel cuerpito.
No se pudo defender, cómo hacerlo; era frágil, débil, pequeño; desapareció antes de nacer.
La mujer, a quien debía llamar "madre", irónicamente no pudo contener su alivio, su calma. Se deshizo de esa vida como algo insignificante.
Ese bebé pagó muy caro lo que un instante de lujuria y de deseo carnal puede provocar a causa de la irresponsabilidad.
Nunca conocerá a su madre, nunca descubrirá quién fue su padre; solo fue una especie de apéndice en aquel lugar malvado llamado vientre.
Ese humilde ser que alguna vez albergó vida en su interior fue desecho en fragmentos en algún contenedor de residuos o sistema de drenaje.
Ahora estará con otros como él, observando con tristeza lo que su progenitora le causó dejándolo fallecer.
Es difícil comprender cómo alguien tanta crueldad puede tener, tantos ojitos tiernos apagados sin merecer.
- Autor: EMBAR (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2024 a las 14:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Marco Gutierrez Jaldin, Pilar Luna, JAGC, Augusto Fleid, María García Manero 🌸, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
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