Qué grande el sentimiento que mora
sublimemente en tu corazón y que mi ser encumbra,
el céfiro conduce mi vereda,
y ya en seguirlo estoy mientras aún
sostengo el ritmo de mi danza,
y si cada pie por ratos se agota,
con premura soslayo la ferocidad de la muerte,
que mientras yo así te ame
serás la causa de mis aspiraciones,
por la gloria que guardas en tus ojos;
cantarán los amaneceres como las aves
tenuemente en un concierto de griteríos,
y las sonrisas que la vida manifiesta
reconfortarán a mi alma que se derrite
y en la porfía mantengo mi paz,
recalcitro en mi andar para hallar tu rostro,
pues la existencia va cobrando sentido
cuando me aproximo a tu cielo,
para matar diáfanamente con tu cognición
a los demonios en la infertilidad de mi corazón.
- Autor: GDA ( Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2024 a las 15:45
- Categoría: Amor
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, alicia perez hernandez, Marco Gutierrez Jaldin, Augusto Fleid, ElidethAbreu, pesetoman, Sami Sanz, WandaAngel, jarablanca, Mauro Enrique Lopez Z., Ricardo Castillo.
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