Tú

Dunia, ángel de mis sueños, tu danza me cautiva, 
Un torbellino de gracia, que a mi alma conquista y motiva. 
Tu pasión, un volcán, enciende mi alma, 
En cada gesto, en cada suave calma.

Verte bailar, un sueño floreciendo en realidad, 
Como estrella fugaz, surcando la inmensidad. 
De la tierra al cielo, elevándose sin par, 
Una fiesta loca, donde el dolor se ahoga.

Olvida el ayer, amor, todo ha cambiado, 
Un nuevo sol ha nacido, mi alma ha irradiado. 
Y eres mi luz más hermosa, el amor de mi vida, 
La que sanó mi alma, herida y perdida.

Tanta pasión, un bálsamo, un nuevo amanecer, 
Con tu entrega, curaste mis cicatrices
Era un mar de tristeza, que me arrastraba sin cesar, 
Ahora soy un barco que surca los mares, libre y contento.

Y eres mi luz más hermosa, el amor de mi vida, 
Tu alegría, conduce a mi alma perdida.
Tu amor, un faro que guía mi camino, 
Mi universo entero, mi sueño hecho realidad.

Eres el oasis en mi desierto, mi reina, mi sol, 
Salvaste mi alma, naufragada en el mar. 
Contigo encontré la paz, la melodía que calma, 
Mi corazón late al compás de tu amor.

Quiero que mi gente escuche esta canción, 
Un verso para ti, mujer, mi inspiración. 
Soy parrandero, amante de la vida, 
En tu alma, dulce niña, encuentro mi canción.

Pero nada detiene a mi corazón, 
Tu voz, la dulce melodía que alegra mis días.
Tus ojos, dos océanos en los que me pierdo, 
Tu sonrisa, la llave que abre mi corazón.

Ay, dulce mujer, un sueño hecho realidad, 
Belleza y ternura, mi serenidad. 
Embelleces el mundo con tu gracia y tu luz, 
Sanando corazones, como una mañana feliz.

En el lienzo de mi vida, 
Dios pintó un amor puro, sincero,
Por ti, mujer, la obra maestra, 
Como el mar que calma la tormenta.

Eres mi más fantástico jardín, 
Que quiero preservar con ternura y entrega. 
Cuidarte es mi destino, mi alegría, 
Que hace de mi vida, una melodía.