Solo me basta creer que mi fe va a desaparecer,
para volver a creer y ver más allá de tu piel color miel.
Siento una pizca de otoño en mi ensalada primavera,
las hojas no paran de caer por esta lluvia pasajera.
Caen en mi plato y por encima de tu cabeza,
caen y caen como tus aspiraciones de grandeza.
Caen en mí, caen en ti como símbolo de tristeza,
caen tus sueños rotos, aún más, si tu vida pesa.
No te escucho ni siento lo que estás viviendo,
pero veo que mi compañía te brinda paz y aliento.
Lo siento, y miento si digo que tus zapatos me voy poniendo;
tarde o temprano te matará el arrepentimiento.
No hay marcha atrás que disuelva tus errores,
bien sabes que eres protagonista de tus acciones.
Encontrarás el hilo que te encamine a posibles soluciones,
o darás fin a expectativas por insignificantes opiniones.
Necesito huir, más no escapar;
dejar de fingir, aceptar mi realidad.
Sentado frente al sauce,
es necesario que al corazón le pida un pause.
- Autor: Sebastián Joel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de octubre de 2024 a las 21:27
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid, Mauro Enrique Lopez Z., Josué Gutiérrez Jaldin
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