PARA UNIFICARME CON TU ESENCIA

GDA



En el recinto do te hallas lúgubremente
vigilas las partículas de lluvia precipitándose
sobre el verdor de las coníferas que se enaltecen
y estas conocen la secrecía de lo que no dices;
la vida se envuelve con el cendal del celaje,
emana la proliferación de fragancias con vitalidad
y los fragores muestran su emoción
con estrépitos que portan oscuridad,
los alcores se yerguen fatuamente escuchando trinos
de aves que epilogan tu llegada con gracilidad
y vas a manifestar tu vida, lo percibo,
sin moverte recorrerás caminos que se enranciaron
desde la vetustez del recinto do estás,
tapias cetrinamente permanecen en expectación,
porque auscultarán momentos
de la historia con extravagancia que rememorarás,
empero tus ojos que se asemejan a los de un moribundo
se niegan a verter tus memorias para no llorar
al momento de evocar sucesos que van emergiendo
ahí do habitaron los espectros que torturan;
-aún ahora- con la luminiscencia
de tu habitación en su penumbra, taciturnamente
te vigila la mercenaria de la noche, 
para arribar en tu lecho con vehemencia;
las sonrisas se secaron en tu regazo
chamuscándose, mas no la flor del friso,
la luna emergió desde el techo
y con el anhelo de abrazarte con ternura
se escondió hasta bajo de tu cama,
sentada estás y a ella le bebes el miedo,
esperando estás del céfiro un torpedo,
el viento en connivencia con la dama de manto negro
-dueña del tiempo- de ti se bufonean,
calándote el frío hasta tu osamenta aun con vida;
el tiempo no se comporta contigo comedidamente
y quieres apresarlo donde no vean
los árboles que te juzgarán por tu excentricidad;
tienes sed del tiempo que aún no bebes
sin pagarle ese precio que le adeudas;
resuenan sentencias en cada vocecita
de las hojas que petrificándiose te ven,
sin embargo te mofas de sus bullicios,
mientras que los sueños no dormidos son dolencias
que ofrendas para que te den
la anuencia de enmarcarte en el muro;
la flor en la orla vivirá aunque mueras
y resistirá expectante mil noches
para morir hasta cuando ya -sin prisas-
decida yo finiquitar mi existencia
para unificarme con tu esencia.

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