Una muchacha en el río
su ropa esconde en la orilla
traje de baño su piel
con el agua y el sol brilla.
Cabellos, caños de fuente
discurre el agua al caer
gota a gota la refrescan
dando a su cuerpo placer.
Las piedras dañan sus pies
cuida bien por donde pisa
levantando la mirada
corre, corre a toda prisa.
Corre adonde está su ropa
viendo como una raposa
entre sus dientes la lleva,
silenciosa y armoniosa.
Sus zapatos, calcetines
su braguita y su faldita
todo ello va en el hatillo
que ella hizo con su camisa.
Ha de volver a su casa
con la mente en sus pudores.
Puede hacerlo por el bosque
lleno de silvestres flores.
Convencida se decide
por allí no pasa gente.
Enseguida se da cuenta.
ese entorno no es prudente.
Pues las flores envidiosas
se ponen en pie de guerra
ven la flor más delicada
que jamás pistilo viera.
Cuando pasa cerca de ellas
sus pétalos la amedrentan
le van cerrando el camino
de sus colores la impregnan
En la cara, por el vientre
en la espalda, por las piernas
un arco iris van formando
por sus partes más externas.
El romero y el tomillo
potenciando su hermosura
envolviéndola en su aroma
hacen que sea más pura.
Reflejada en un remanso
se ve con traje de postín
ve que la ira de las flores
la han vestido de arlequín
- Autor: Gratal (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de octubre de 2024 a las 18:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, ElidethAbreu, Augusto Fleid, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez, Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios1
Gracias por su poema Pablo.
Ha sido un placer leerlo.
Abrazos.
Gracias a tí Elideth.
Reconforta ver cómo se aprecia la sensibilidad y el cariño que uno pone en lo que hace.
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