Sueños inflamables: Estos reflejos en el umbral fuego que el tiempo no apaga

Milber Fuentes

Hay más fuerza en tu existencia, 

no en los años acumulados, sino en el deseo, 

en el intercambio de fluidos, 

como un pacto entre los días y las noches que ahora recorre despacio.

Los —oh, esos púberes— 

se buscan a sí mismos, se miran en jóvenes reflejos fugaces, 

creyendo que el tiempo es un camino que deben devorar. 

Pero tú, con la serenidad de los siglos, 

has visto pasar cada rincón del tiempo.

Y ahora, sentada sobre el borde de un sueño inflamable, 

como quien sostiene un bidón de promesas y llamas, 

sueñas con incendiar el mundo, 

solo porque puedes, 

porque en la calma de tus años has aprendido 

que el tiempo no es más que un reflejo. 

en el que ya no te ves.

 

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