Cuando el manto de la noche
ciñe sombras de cuchillos
el viento entra en la fragua
para quedarse dormío.
Ya se apagan las candelas
de yunques y de martillos,
todo se queda en penumbra
ya todo se queda frío.
El agua queda en silencio,
no se escucha ni un ruío
y el cante jondo despierta
y despiertan los jipíos.
Martinete y Soleá,
en uno solo fundíos
salen de roncas gargantas
y van fecundando lirios.
Entre destellos de luna
como fuegos de artificio,
La Soleá quiebra el talle
con dos besos sorprendíos
y al Martinete embrujao
se le ha escapado un quejío
y entre encajes y volantes
de amor se queda prendío.
El día llega preñado
de caricias y suspiros,
de lluvias y de trigales
y con aromas de olivos.
Cundo la fragua despierta,
los yunques y los martillos,
encuentran al Martinete
de la Soleá cautivo.
¡Silencio, no los despierten,
dejadlos, que están dormíos!
(Enero 2009)
- Autor: Rosario Bersabé (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de octubre de 2024 a las 04:09
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema figura en mi poemario, "Coplas y romances".
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: jarablanca, Rafael Huertes Lacalle, nachosol, pasaba, Mauro Enrique Lopez Z., Pilar Luna, Soponcio, Marco Gutierrez Jaldin, EmilianoDR, Classman, ElidethAbreu, Jaime Correa, Ricardo Castillo., Jorge Izquierdo, JacNogales, Alberto Escobar, JoseAn100, Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios3
Es precioso!!!
Abrazos.
Precioso querida amiga.
Un saludo
Rosario, me ha fascinado el poema y he publicado una Soleá, o un intento de la misma.
Abrazos y gracias.
Muchas gracias. Elideth. Voy a visitarte.
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