3:38 AM

Hernán Mejía Silva

No me vi escribiendo,

entre la melancolía y el frío,

mi cabeza le quiere llamar ansiedad,

yo le llamo delirio,

es un extremo inhóspito de la verdad,

que gravita doliendo.

 

Prefiero la exégesis de vos,

aunque ya no conectemos,

pese a que la cama esté ardiendo,

solitaria, regresa la nostalgia atroz,

trayendo consigo esta vieja rima,

pues la verdad es una y lastima.

 

La madrugada llega y entre los minutos,

busco esas delicias propias del desvelo,

por ahí algún mal sueño,

otro con un toque de erotismo, luego,

y es porque la calma me ha dejado,

en blanco, en la calle sin dueño.

 

Pero tu imagen sigue sin volver del todo,

supongo que es por la distancia,

o por mi torpeza entrelazada,

¿Y si fuese por ambas cosas?

las dos pasiones rotas,

una estúpida y voraz arrogancia,

pero más que nada, lo absurdo que resulta ignorarnos,

mientras dormimos codo a codo.

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