Confieso que estoy viviendo...
Había un escollo, como un nudo
tan trenzado que apenas la habilidad
de sus dedos daba con la solución,
y un desconcierto —aunque leve—
se iba haciendo dueño del aire.
Una especie de socavón sobre el transcurrir
de un camino que, de tanto trillado, el polvo
se iba haciendo núcleo de su amalgama.
Tuve que esquivarlo, y el rodeo a dar
era tan largo como buena parte del largo
del camino que estaba principiando, y es
que saltar el espacio vacío que este generaba
se hacía casi hazaña de un atleta y yo, sí,
no disfrutaba, ni todavía disfruto, de la dotes
gimnásticas suficientes para franquearlo.
Y para más inri —pienso en esta serenidad
que al cabo me acompaña— a lo lejos, en el punto
donde la perspectiva cifra la existencia del camino,
no era adivinable ningún futuro juntos, binomio
posible frente al quizá de lo que nos esperaba.
Veía en mi prospectar una nebulosa, no me veo
contigo decías, y la tormenta amenazaba granizo
en un pronóstico que no parecía que fuese a fallar.
Fue una liberación, y sigue siéndolo tras el fluir
de la vida desde entonces, y toca aseverar, gritar
a los cuatro vientos, que el logos maquina cada
una de nuestras existencias cual reloj suizo, sí,
y es el pensamiento que nos acompaña en ese
transcurrir, en esa sucesion estacional, quien
marca la sustancia kármica de esa lógica.
Seguir, seguir sin pausa,
el camino allá delante flecha
marca hacia el horizonte, y,
en medio del abismo una luz,
a veces tiniebla, trae un signo
a colación, y residuo oseo
de lo que fue y tal vez hubo sido.
Seguir, sigo, sigues, y una casa,
en medio del follaje, establece,
Dios mediante, un centro neurálgico,
un punto de inflexión donde colocar
la púa del compás y dibujar circunferencias,
y es dentro de él donde, a modo de sino,
aposentarse debe el resto de lo que queda.
No me veo ahora, dices; te entiendo, digo, y
siempre y por siempre estaré dentro,
en una sombra que carece de previa luz.
Ayer me escribiste algo...
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de octubre de 2024 a las 15:11
- Comentario del autor sobre el poema: Perdón por hablar de esto en plena calle, a hora punta...
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Marco Gutierrez Jaldin, pesetoman, Alexandra L, Augusto Fleid, jarablanca, Pilar Luna, Lucía Gómez, JAGC, Rosario_Bersabe, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Carecemos
Confieso que estoy viviendo...
Había un escollo, como un nudo tan trenzado que apenas la habilidad de sus dedos daba con la solución, y un desconcierto —aunque leve— se iba haciendo dueño del aire. Una especie de socavón sobre el transcurrir de un camino que, de tanto trillado, el polvo se iba haciendo núcleo de su amalgama. Tuve que esquivarlo, y el rodeo a dar era tan largo como buena parte del largo del camino que estaba principiando, y es que saltar el espacio vacío que este generaba se hacía casi hazaña de un atleta y yo, sí, no disfrutaba, ni todavía disfruto, de las dotes gimnásticas suficientes para franquearlo. Y para más inri —pienso en esta serenidad que al cabo me acompaña— a lo lejos, en el punto donde la perspectiva cifra la existencia del camino, no era adivinable ningún futuro juntos, binomio posible frente al quizá de lo que nos esperaba. Veía en mi prospectar una nebulosa, no me veo contigo decías, y la tormenta amenazaba granizo en un pronóstico que no parecía que fuese a fallar. Fue una liberación, y sigue siéndolo tras el fluir de la vida desde entonces, y toca aseverar, gritar a los cuatro vientos, que el logos maquina cada una de nuestras existencias cual reloj suizo, sí, y es el pensamiento que nos acompaña en ese transcurrir, en esa sucesión estacional, quien marca la sustancia kármica de esa lógica. Seguir, seguir sin pausa, el camino allá delante flecha marca hacia el horizonte, y, en medio del abismo una luz, a veces tiniebla, trae un signo a colación, y residuo óseo de lo que fue y tal vez hubo sido. Seguir, sigo, sigues, y una casa, en medio del follaje, establece, Dios mediante, un centro neurálgico, un punto de inflexión donde colocar la púa del compás y dibujar circunferencias, y es dentro de él donde, a modo de sino, aposentarse debe el resto de lo que queda. No me veo ahora, dices; te entiendo, digo, y siempre y por siempre estaré dentro, en una sombra que carece de previa luz. Ayer me escribiste algo...
Cuántos rodeos mi amigo.
Un abrazo Albertín
Sí, es un no decir nada insinuando que digo algo. Un divagar de libro. Hay un sentimiento de fondo que insinúo. Como bien sabes, no podemos crear ex nihilo, tal que incluso divagando hay una caldera que calienta la locomotora. Otro para ti, Carlos, y agradecido siempre cuando criticas.
Estimado perdoname si sabe a crítica; sólo quise decir -el rey está desnudo-.
Qué significa " el rey está desnudo"? Ya sabes que me gusta que me critiquen, tanto que hasta agradezco las críticas destructivas jajaj. No te cortes conmigo nunca, amigo. Eso sí, me gustaría que me expliques lo que quieres decir cuando te pones enigmático jaja.
Favor leer
https://es.wikipedia.org/wiki/El_traje_nuevo_del_emperador
Me informé antes pero me apetecía tu explicación.
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