EN MI CATEDRAL

Elias Castellano Blanco

 

A la entrada de mi mente,

sobre las gradas del atrio,

hay angelitos de piedra

sentados. ¡Y están jugando!

 

Uno baraja los naipes.

Otro reparte los dados.

Y una muchacha de nácar

con los cabellos dorados

y los ojos sin pupilas,

mira horizontes opacos.

 

¡Tiende esa sábana blanca

que llevas entre las manos!

Sacúdela por el aire

y tiéndela por el prado

que cubra las esperanzas

que un día dejé soñando

y que no quiero que acaben,

pasto de un cuco taimado.

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Comentarios +

Comentarios4

  • Enrique del Nilo

    SOY POCO PARA REFERIRME AL ESTILO O MÉTODO
    pero he de reconocer que tu poema me hizo seguir un ritmo
    una melodía escrita que te lleva un compás

    Sobre el contenido, me quedo con la chica sin pupilas
    el entorno que creas en la tercera estrofa

    ¡Un deleite leerte!

    • Elias Castellano Blanco

      Enrique del Nilo, gracias por el comentario. Quiero aclararte que todos mis poemas contienen un significado -qué yo, no aclaro a nadie y cada uno tiene que saber descubrir si es lo suficientemente perspicaz-, pero ya que lo has comentado y de forma exclusiva, te diré que esa muchacha bella y sin pupilas, es \"la verdad\", que mira, y que parece que nada ve aún contemplándolo todo en horizontes \"opacos\" para el resto. Espero que te haya sido de ayuda. Saludos cordiales.

    • Raiza N. Jiménez E.

      Mis respetos , buena prosa. Gracias, por compartir su arte..

      • Elias Castellano Blanco

        Muchas gracias Raiza N. Jiménez E. Es un placer que te haya gustado. Saludos cordiales.

      • El Hombre de la Rosa

        SALUDOS DESDE TORRELAVEGA ESTIMADO ELIAS, ME ALEGRO QUE SIGAS ESCRIBIENDO VERSOS Y PINTANDO
        UN ABRAZO DE CRÍSPULO
        EL HOMBRE DE LA ROSA

        • Elias Castellano Blanco

          Hola Críspulo, ya no pinto más, me he cortado la coleta en esta faena. Con la poesía en cambio sigo ya que tengo muchos seguidores que me apoyan y es menos fatigoso. Afectuosos abrazos desde la Comunidad Valenciana.

        • Maribel del Ser

          ¡Tiende esa sábana blanca

          que llevas entre las manos!

          Sacúdela por el aire

          y tiéndela por el prado

          que cubra las esperanzas

          que un día dejé soñando

          y que no quiero que acaben,

          pasto de un cuco taimado.

          QUE BONITO



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