El columpio de la inmortalidad

Se han caído las luces al abismo,
arcanos desvencijados lloran
ante el precipicio del principio,
fragmentos de espejismos  se amontonan.

Aves con flamígeras alas oscurecen el firmamento,
alaridos de tormento,
sacuden todos cimientos,
de la jungla de cemento.

El caos repta y envenena,
corazones y valores,
se adentra en las opiniones.

El sudor del obrero es el único sustento,
El delirio de una vida  no vivida,
la recompensa del dolor prolongado,
El avaro que recoge lo que el idiota ha sembrado.

Negocios destartalado,
zarrapastrosos desaliñados,
hijos desatendidos,
madres drogadictas amamantando a hijos sin destino.

Arte solo el ingenuo puede amarte,
solo el genio puede amarrarte
sólo la frustración que produces lleva al fuerte a matarse.

Llevas lo inopianado a los columpios que se adentran en la inmortalidad,
llevas de la mano al timorato a defender a los héroes con ferocidad.
Y me llevas a mi a escribir sobre toda esta fatalidad.