SIN COLOR ...

 

 

 ."aprendí a quererme aún sin colores"

porque aún sin el colores brillo,

en la sombra encontré mi luz,

en el silencio, mi voz.

Cada cicatriz cuenta una historia,

cada lágrima, un paso hacia la libertad.

Y así, en la penumbra, florezco,

descubriendo la belleza de ser yo."

¿Te gustaría que continúe o que lo adapte de alguna manera? Es algo que me digo a diario una pregunta que me hago en terracera persona pero como muchos creen se detendrán en esta pregunta y quizá como yo te cueste llegar al final pero aún no teniendo color no dejo de brillar 

 

"No puedo apagar tu luz para encender la mía, eso no es amor. El amor verdadero es un faro que ilumina el camino de ambos, donde cada uno brilla con su propia intensidad. Es un abrazo de almas que se complementan, que se elevan mutuamente sin temor a que su luz se apague.En un amor sincero, las sombras no se temen; se enfrentan juntos, y cada desafío se convierte en una oportunidad para crecer. Así, en lugar de competir, aprendemos a danzar en la misma melodía, creando armonía en nuestras diferencias.Porque amar es también permitir que el otro brille, celebrar sus logros y ser su refugio en las tormentas. En la luz compartida, encontramos la verdadera esencia de lo que significa amar."

Muchas veces pienso que la vida me coloca en momentos caninos y situación

Muchas veces pienso que la vida me coloca

en momentos caninos, en situaciones que agobian,

donde el camino se vuelve espinoso y oscuro,

y la esperanza parece un susurro muy puro.Las sombras acechan, el miedo se asoma,

pero en medio del caos, mi alma se entona.

Aprendo a encontrar la luz en la tormenta,

a confiar en mis pasos, aunque el rumbo se sienta.Cada tropiezo me enseña a levantarme,

a buscar en el dolor la fuerza para amarme.

Porque en esos instantes donde todo parece gris,

descubro que en mí hay un fuego que no se va a extinguir.Así sigo adelante, con valentía y sin prisa,

saboreando la vida, cada rayo, cada brisa.

Porque aunque a veces sienta que el peso es profundo,

en cada momento canino, renazco en este mundo.

Aprendí a quererme sin colores,

en la sombra y en la luz, en mis propios temores.

Descubrí que la esencia no necesita adornos,

que en mi ser hay belleza, aunque el mundo se torne en borros.Sin la necesidad de brillar como un diamante,

he encontrado mi paz en lo simple, en lo constante.

Los matices de la vida no siempre son brillantes,

pero en su sutileza, hay momentos desafiantes.Me abrazo en mis imperfecciones, en mis cicatrices,

en cada paso incierto, en los días felices.

He aprendido que el amor propio no es un desfile,

sino un viaje profundo, donde el alma se siente libre.Así, sin colores, me abrazo en mi esencia,

celebro cada latido, cada experiencia.

Porque al final del camino, en esta travesía,

el amor más puro es el que nace de mi propia compañía.

 

Puedo estar sin color y de igual manera brillar  

 

Puedo estar sin color y de igual manera brillar,  

mi luz no depende de lo que otros puedan mirar.  

En la calma de mi ser, encuentro mi destello,  

un resplandor interno que no necesita el brillo de un sello.

 

No son los matices lo que define mi esencia,  

sino la fuerza que emana de mi propia presencia.  

En la sencillez de ser, en la verdad que resuena,  

descubro que mi alma es un faro que no frena.

 

Cada paso que doy, aunque parezca sutil,  

es un eco de fortaleza, un susurro febril.  

Puedo ser un lienzo en blanco, y aún así,  

mi espíritu se eleva, libre como el viento en su frenesí.

 

Así, sin necesidad de colores que me enmarquen,  

me abrazo en mi autenticidad, en lo que mis sueños marquen.  

Porque en el silencio del alma, en la paz de mi andar,  

puedo estar sin color y, aun así, brillar.

 

Autor Adriana Horminoguez