Con olor a hierba fresca y a vainilla, sabor a sal y a miel,
Sus ojos, dos océanos donde me pierdo y me encuentro,
Me guían en la oscuridad.
Sus manos, suaves como pétalos de rosa, acarician mi alma,
Un refugio seguro donde mi corazón descansa.
Como un fénix, de las cenizas siempre renace, más fuerte y
Hermosa, ante cualquier tempestad.
Ante la dificultad, su sonrisa brilla, un faro en mi noche.
Así es la mujer que amo, mi fortaleza, mi confidente,
Alegre ante la adversidad, sí, así es ella.
La amaré, siempre, hasta mi final.
Así es la mujer que amo, mi faro, mi guía,
Alegre ante la adversidad, mi fortaleza.
La amaré, siempre, hasta mi final, y más allá.
- Autor: Gonci (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de octubre de 2024 a las 05:33
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema es una oda al amor romántico y profundo, expresando una devoción intensa hacia una mujer que es descrita como una fuente de fuerza, consuelo y alegría. A través de una serie de imágenes vívidas y metáforas, el poeta construye un retrato de un amor que trasciende las dificultades y perdura en el tiempo.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Jaime Correa, WandaAngel, Mauro Enrique Lopez Z., Sergio Alejandro Cortéz, Josué Gutiérrez Jaldin, ElidethAbreu, Pilar Luna, Lucía Gómez, Ricardo Castillo., El Hombre de la Rosa
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