Cuando la melancolía abre sus ventanas y se asoma por las noches, con tu rostro borroso reflejado en mis uvas fermentado, mi alma con tu dulce recuerdo, comer una tras otra es caminar un paso más al pasado y encender un cigarrillo es evaporarse lentamente en el presente.
Cuando creo que la vida se agita con su golpe ipso facto, distinguir una roca o la sien no es culpa de la marejada, y no es caso del destino, tampoco de los sueños y sus promesas, ante un tribunal de estrellas y el juzgado de la luna abro mis brazos y me arrodillo, me declaro culpable por preferir extrañarte antes de tenerte, por alargar este letargo del cual aún no me atrevo a despertar, espero que las arrugas de tus ojos no señalen que es demasiado tarde, y que a tu sonrisa le nazca otra arruga para columpiarme en tu dicha, espero que no se acaben nunca las uvas en el mundo, para seguir peregrinando a la recóndita memoria de tu existencia que en mi corazón reposa.
- Autor: javiercastellano23 ( Offline)
- Publicado: 1 de noviembre de 2024 a las 00:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Augusto Fleid, Josué Gutiérrez Jaldin, Eduardo Rolon, La Bruja Irreverente, Lualpri, Mauro Enrique Lopez Z., Sergio Alejandro Cortéz, El Hombre de la Rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.