No invoques razones de humo para tus decisiones;
permite que la lucidez trace la brújula de tus actos.
Comprender basta.
La tristeza crece, la frustración es un yugo pesado,
hasta que solo el abismo responde.
No adivinas cuán gélido soy;
tus juicios rozan apenas mi costra.
No es que no hiera, es que sé dosificar los golpes,
solo lo preciso para que recordemos nuestra carne.
Al final, cada circunstancia es sencilla.
Lo sabemos, mas no vivimos según esa certeza.
Somos adictos a nuestras propias danzas,
extraviados en el laberinto de la mente.
No nacimos para tejer complicaciones,
ni para ceñirnos máscaras y artificios.
¡Normal, dados! ¿Qué es normal, en verdad?
Será solo otra de tus ideas fugaces.
Distensión: nada es realmente normal,
solo el eco de tu pequeño mundo,
un charco donde flota tu ser,
siempre a un suspiro del naufragio.
- Autor: Milber Fuentes ( Offline)
- Publicado: 1 de noviembre de 2024 a las 10:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Milber Fuentes, Antonio Pais, Augusto Fleid, Josué Gutiérrez Jaldin, Ma. Gloria Carreón Zapata., Mauro Enrique Lopez Z., EXO, El Hombre de la Rosa
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