Dulcemente, la rosa dobló el tallo
cuando el rocío en ella se posara,
y fue, de su belleza el fiel lacayo
que el fino terciopelo acicalara.
Mas transformó su beso en un desmayo
el sol, que en un momento despertara,
secándole a la hermosa flor surgente
en llanto de su amante penitente.
- Autor: Elias Castellano Blanco ( Offline)
- Publicado: 2 de noviembre de 2024 a las 05:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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