Una noche de Septiembre

Lamoga

Nos encontramos rotos
Sofocados
Y adolecidos
En una noche de ritmo,
donde el pulso latía al compás
de cada herida aún sin cerrar.

Éramos fragmentos vagando
entre ecos y sombras,
un par de almas sin dueño
perdidas en los acordes
de una canción que nunca terminó.

Buscando en el silencio
respuestas que no existen,
intentando unir las piezas
de un rompecabezas incompleto,
mientras el tiempo y el ritmo
seguían danzando sin piedad.

Pero entre el caos y el vacío,
algo en nosotros se halló,
como una brasa en la oscuridad
que aún se atreve a brillar.
Y aunque quizás nos perdamos,
ya no estamos solos,
pues en esta noche rota,
hemos aprendido a sanar.

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