En el vasto lienzo del tiempo, se despliega la historia,
de un dragón llamado Satán, envuelto en una sombría gloria.
Con furia desenfrenada, desde el cielo desterrado,
contra los ungidos se alza, su ira ha sido desatada.
Los fieles, representantes del divino Reino en tierra,
con la misión de testificar, en medio de la guerra.
En mil novecientos dieciocho, la adversidad se cernía,
ocho hermanos, acusados, la injusticia les dolía.
Condenados a la sombra, en frías celdas de olvido,
parecía que su obra, al fin había sido vencido.
Más en marzo del diecinueve, la esperanza renacía,
de la prisión liberados, la verdad se imponía.
Los cargos se disolvieron, como niebla ante el sol,
y los hermanos valientes, retomaron su rol.
Con el Reino por estandarte, y la fe como escudo,
contra la corriente adversa, se mantuvieron firmes y agudos.
El dragón, en su derrota, no aceptó su cruel destino,
y como río caudaloso, persiguió con desatino.
A cada siervo de Dios, con ardor y con saña,
más la fe de los ungidos, como roca, se acompaña.
En la danza eterna del cosmos, donde el bien y el mal se encuentran,
la perseverancia y la fe, son las armas que nos centra.
Así, en el teatro de la vida, donde cada cual su parte actúa,
la historia de resistencia, en el corazón de muchos fluye y flota.
Que la narrativa de aguante, en nuestras almas resuene,
y frente a la furia del dragón, nuestra esperanza se sostiene.
Porque en el firmamento de los tiempos, y en el Reino de Dios,
la fe es el faro que nos guía, a través del mar inverno.
- Autor: Yeshuapoemario ( Offline)
- Publicado: 3 de noviembre de 2024 a las 02:33
- Comentario del autor sobre el poema: El dragón se enfureció (Apoc. 12:17). Cómo Satanás ya no tiene acceso a la región celestial, descarga su furia contra el resto de cristianos ungidos, que son los representantes del Reino de Dios en la Tierra y “tienen la misión de dar testimonio acerca de Jesús” (2 Cor. 5:20; Efes. 6:19, 20). En 1918, ocho hermanos con grandes responsabilidades fueron acusados falsamente y condenados a pasar mucho tiempo en prisión. Parecía que se había acabado con su obra (Apoc. 11:3, 7-11). Sin embargo, en marzo de 1919, estos cristianos ungidos salieron de la cárcel, y más tarde se retiraron los cargos contra ellos. Los hermanos enseguida retomaron la obra del Reino. Pero Satanás no se dio por vencido. Desde entonces, ha lanzado “un río” de persecución contra todos los siervos de Dios (Apoc. 12:15). Con razón, todos nosotros necesitamos “tener aguante y fe” (Apoc. 13:10). w22.05 5, 6 párrs. 14-16.
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Marco Gutierrez Jaldin, Yeshuapoemario
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