Por momentos quisiera disolverme
como gotas de tinta china
en la claridad del agua de tu vientre
tan poético y oscuro
como el aleteo de una negra mariposa
Quisiera disolverme lentamente
por los poros de tu piel desnuda
cual endorfinas
y poseer a libertad
los rincones recónditos de tu placer
que me están vedados
a los ojos de todos
Quiero tatuarme en el paladar
el sabor decadente del deseo en vos.
Quiero disolverme
en la química hormonal
esa que se desata descaradamente
cuando te desnudo de prejuicios
y me mostrás cuan primitivo es el deseo
cuan primitivo podés ser.
Por momentos
y tan solo por momentos
quisiera ser tintas chinas
y oscurecer de forma decadente
la claridad de tu fingida inocencia
esa que petulantemente
te empeñás en llamar…
Eso que dicen los expertos
Hay quienes dicen que el deseo es malsano
y tienen razón
porque no puede ser bueno
aquello que te consume la sangre
y te bloquea la sensatez
aquello que te inspira el animal contacto
de la piel que escuece y los labios resecos
aquello que te conserva febril
aquello que te hierve punzante en la memoria
Hay algunos que citan con textos sagrados
que todo aquello que te hace respirar entrecortado
y pronunciar el nombre correcto
en los momentos incorrectos
no puede ser sino el efecto
de la lujuria que te carcome los sesos
el sexo
y la voluntad
Hay quienes confiesan que el deseo
es producto de mentes y almas ociosas…
y tienen razón
y es que te desplomás la constancia
te desmoronás las creencias
y alterás el ritmo del pensamiento…
Hay quienes creen imperfecto al deseo
y tienen razón
porque perfecto es el paraíso
perfectos aquellos ángeles
perfecta la sabiduría
pero vos y yo
somos ejemplos claros de imperfección
cada noche
y en las sábanas
Ya habrá tiempo para ser perfectos
mientras nos anudamos las corbatas frente al espejo.
Victoriano
Silencio
vuelca en versos secretos tu furor
recordá que debemos resguardar
lo cadenciosamente prohibido
al escrutinio de neófitos ojos.
Permitirme ver de lejos
el ardiente deseo que se oculta ingenioso
tras elegantes abanicos
mezcla de encajes y prejuicios
Permití que mis manos
guíen tu inquieta piel
mientras danzamos un minueto
y que las miradas digan sin palabras
lo que a solas experimentamos en el colchón.
Permití que te viole la privacidad
del recato de los listones y los dogmas
con una malsana sonrisa
y el mensaje certero
de ladear el sombrero con la mano enguantada
mientras acaricio mi bigote
recordando las texturas que en tu cuerpo ya conocía
Silencio
volcá en páginas y secretos
la necesidad de mi
mientras yo quemo en lienzos y versos
los deseos de tu existencia.
Shhh…
- Autor: Yahann Romero ( Offline)
- Publicado: 3 de noviembre de 2024 a las 12:32
- Categoría: Amor
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Marco Gutierrez Jaldin, Alberto Escobar
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