Me acerco al eje indómito del bien,
recorriendo el perímetro existencial
de la ternura, y el cuerpo desaparece.
Salta una mirada astral hasta lo divino;
el alma pierde sus ojos miopes.
Envuelta al sollozo recamado, el cuchillo era
fiel a lo indiferente, arruga maleable al
birrete de la eternidad.
Atrapo las alhajas del infinito como escamas de vida
inmortal;
me lleva el candil sensorial del tiempo,
asido en la memoria con su pupila de fiebre
axiomática que abanica un querubín.
La puerta de la paz y el veredicto de guerra
se desengañan en la razonada del alba.
Legamos en la epifanía agónica del sueño,
como el firmamento de Van Gogh
donde transito por una hondura intransigente
apoderándose de mi lucidez; los recuerdos
desentrañados en el drama del mundo,
se repite como en una misma escena.
La vida, una pleamar de pasiones, con hilos
carcomidos de tristezas.
Ivette Mendoza Fajardo
- Autor: Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de noviembre de 2024 a las 18:10
- Comentario del autor sobre el poema: Poema Vanguardista. Mis poemas no están asociados con ninguna realidad, solo buscan seguir los lineamientos Vanguardistas.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, ElidethAbreu, Eduardo Rolon, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., WandaAngel, Ricardo Castillo., Sergio Alejandro Cortéz, El Hombre de la Rosa
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